¿QUÉ ES LA PREOCUPACIÓN EXESIVA?
La preocupación es una forma especial de miedo que nos ayuda y protege. Es una parte necesaria de la vida, y apoyo en el proceso de toma de decisiones, o incluso nos motivan a tomar mejores decisiones. Sin embargo, a veces se vuelven abrumadores y pueden ser indicativos de un problema mayor. Porque cuando nos preocupamos más de lo necesario, y se convierte en insidiosa, alarmista, persistente en la mente, afectando a las actividades y disfrute de la vida cotidiana, puede llegar a generar sufrimiento.
Todas las personas tienen momentos en los que se preocupan por los posibles problemas. Y es probable que surjan preguntas sobre qué pasaría durante ciertos momentos de nuestras vidas, especialmente durante en las situaciones de decisiones importante, y en consecuencia pueden ser útiles. Por diversas razones, entre ellas, porque nos ayudan a sopesar los pros y los contras, evaluar todos los ángulos de la decisión, e incluso ayudarnos a determinar si dispuestos a tomar. Pero cuando estas preguntas comienzan a surgir en cada momento o decisión, de forma persistente, y con pensamientos intrusivos, es cuando se vuelven problemáticas.
¿QUÉ LA ORIGINA?
Son varias las causas que pueden originarla, y adopta muchas formas, pero casi siempre surge de una fuerte sensación de vulnerabilidad e impotencia, que en muchas ocasiones puede llevar a la ansiedad. Por ejemplo: durante la pandemia, se ha incrementado de forma significativa los casos de ansiedad y depresión, debido al temor y constante preocupación de las personas.
La preocupación se relaciona también con autopercepciones de la persona, y suele acompañar a la baja autoestima, pero también a algunos problemas psicológicos como los trastornos de ansiedad generalizada, e incluso al trastorno por estrés postraumático.
Algunos estudios muestran una relación entre la preocupación excesiva, y tener un sistema nervioso autónomo más acelerado, con mayor presión arterial y frecuencia respiratoria. Estudios realizados por el Dr. Kagan, indican que los niños muy nerviosos en edad adulta tienden a ser persona más tensas, tímidas y preocupadas, presentando un exceso de actividad en el área del cerebro llamada corteza cingulada.
Y aunque sí hay un componente genético en la tendencia de las personas a preocupaciones excesivas, la influencia ambiental, según numerosos estudios realizados, también es un factor determinante basado en las experiencias propias o ajenas, que generan un temor nuclear, que se refuerza con más vivencias negativas.
¿CÓMO PODEMOS DIFERENCIAR UNA PREOCUPACIÓN NORMAL DE UNA PATOLÓGICA?
Una vez instaurada la preocupación excesiva persistente en una persona, puede ser identificarlas de varias formas como, por ejemplo, suele ser habitual la utilización muy frecuente de un simple “y si” en sus conversaciones.
También es posible identificarla, cuando la persona se preocupa de forma constante y de forma obsesiva, a veces por cuestiones de escasa importancia. En estos casos, puede indicar la existencia de una distorsión cognitiva o errores al evaluar o procesar la información, y que se caracteriza con pensamientos catastrófico que tiene la persona de forma diaria.
ALGUNAS DE LAS POSIBLES CONSECUENCIAS
Cuando la mente se obsesiona con resultados negativos sin relevancia, puede llevar al desarrollo de un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), y puede sufrir una variedad de pensamientos intrusivos no deseados.
Cuando el sistema nervioso malinterpreta las señales de peligro, regulado entre otras áreas por zona del cerebro como el locus coeruleus, puede desarrollar un trastorno de pánico, siendo la preocupación excesiva uno de sus síntomas principales.
Este trastorno de pánico se puede manifestar también como fobia social, produciendo miedo y ansiedad ante situaciones sociales.
Cuando se presenta una ansiedad y preocupación excesiva por acontecimientos de la vida cotidiana, sin aparente causa y perdura en el tiempo, es probable que sea un trastorno de ansiedad generalizada (TAG).
INFOGRAFÍA SOBRE LA PREOCUPACIÓN EXESIVA
El equipo de psicólogos de la clínica, Adela Amado y Javier Santana, han preparado una pequeña infografía sobre la preocupación excesiva que compartimos con vosotros.
TRATAMIENTO DE LA PREOCUPACIÓN EXCESIVA
La preocupación excesiva, es frecuentemente un síntoma que puede sugerir la existencia de un problema psicológico. Afortunadamente existen tratamiento médicos y psicológicos que han mostrado evidencia científica de su eficacia. En el campo de la psicología se requiere un nuevo aprendizaje de nuevas habilidades mentales, para afrontar los problemas y preocupaciones de forma no patológica.
En la Clínica Amado de Valencia y su equipo de psicología, podrán ayudarte con las preocupaciones excesivas siguiendo las últimas técnicas cognitivo conductuales y psicológicas que mejor funcionen y se adapte a tus necesidades.
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